4-1 Nuestra solidez defensiva clave en la victoria.

Había cierto aire catastrofista en la inesperada, por fría, noche de ayer en Los Mares. Si uno mira nuestro siete, con nuestro jugador más desequilibrante a 835 kms. de distancia, junto con otras destacadas ausencias por lesión, y le añadimos el poco fondo de banquillo ante cualquier contingencia en el juego, francamente, pocos eran los que confiaban en sacar el partido adelante.
Así que este equipo, y resaltamos lo de EQUIPO con mayúsculas, es ante todo eso: unión, confianza y compañerismo; valores que a la fuerza se hacen notar en el terreno de juego. En el seno del equipo no caben betis-sevillas-izquierdas-derechasY bien que se notó ayer, lunes de cuaresma y cuando casi se atisba ya la primera en el puente.
Empieza el partido con Manolo como cancerbero, Rafalito, Óscar y Antonio en la línea defensiva, Luis y Ale en el mediocampo y Falín, como jugador más adelantado. Queda en el banquillo David que, como en los últimos tiempos, aparece cuando el colegiado da comienzo al choque.
Y el equipo, a sabiendas de las carencias ofensivas que presenta hoy, basa su juego en una gran solidez defensiva desde nuestro delantero al último defensa, presionando bien al contrario y sin darle la más mínima opción de peligro, con un Manolo haciéndose oír y dando instrucciones desde atrás, lo que agradece el equipo por la confianza que éste transmite. Bien es cierto que el balón en un principio nos dura poco en los pies, pero el equipo, a raiz de que van pasando los minutos, va ganando en confianza, se olvida de los ausentes y comienza a tocar y a dominar el esférico.
Y es así cuando llega el primer gol. Anda listo Rafalito en un saque de banda desde la banda derecha. Lo ejecuta con rapidez en paralelo a la línea de banda buscando a David que, con un gran amago, se zafa del defensa y enfila el área a una velocidad de vértigo, cruzando un gran disparo raso con pierna derecha desde el vértice del área que se aloja en el fondo de la portería ante la estirada del portero, que nada puede hacer. 1-0.
Este gol es fundamental porque aporta aún más confianza al equipo. Fruto de ello es el segundo gol apenas cinco minutos después en una gran jugada colectiva donde a excepción de Manolo, todos los jugadores tocan en corto el balón, triangulando bien y con una última pared que deja el balón a la altura del punto de penalty para que David, nuevamente, fusile por el centro y arriba la portería rival. 2-0.
Incluso se queda corto el marcador, puesto que en un contragolpe también ejecutado por Rafalito/David, éste último vuelve a cruzar el balón desde donde logró el primer gol, aunque con la mala fortuna que golpea en la base del poste.
Y cuando todos esperábamos llegar al descanso sin más sobresaltos, en una jugada desafortunada nos hacen gol. Es un balón colgado al área, Rafalito despeja de cabeza y el balón le cae manso a un contrario que le pega con el empeine y abajo metiéndonos un gol que se presumía les daría vida.
Pero ayer este Sporting andaba sobrado de confianza y no sólo no encajará más goles, sino que logrará ampliar su ventaja. Gran trabajo de nuestro mediocampo, con un generoso despliegue físico, cerrando espacios, que mantuvo a raya al equipo rival, no dejándolos combinar con facilidad y con un Manolo que se limitaba a ser un mero espectador ante los disparos lejanos que el trabajo defensivo del Sporting les obligaba a efectuar. Es en el ecuador de este segundo período, con la intranquilidad de lo justo del marcador, cuando la suerte se nos pone de cara. Jugada por la derecha de nuestro equipo que es despejada por el equipo rival y el balón le cae a Antonio, que sin dejarlo caer, lo bombea al punto de penalti. El balón lo pelea David, que lo protege, sin que el defensa y el portero rival acierten a despejarlo. Increíblemente el balón acaba en el fondo de las mallas sin que nadie lo toque. Bien David poniendo el cuerpo a modo de bloqueo mientras la pelota va botando y mal el portero que no acierta a despejar. Bien por nuestro defensa en esa jugada que siendo el último jugador cuelga la pelota a la olla y, mire usted por donde, ésta acaba dentro de la portería. Gol tonto, pero que vale su peso en oro.
Pero no acaban aquí los goles originales. En un balón que recupera Antonio en defensa la pone en largo, rasa, hacia el centro del campo donde se halla David, que lucha la pelota junto con un defensa rival. El portero sale del área para despejar la pelota, pero con tan mala fortuna que rebota en el defensa que pugnaba con David y el balón se cuela en la portería. 4-1.
Y todavía tenemos una clara ocasión de ampliar el marcador, cuando en un saque de banda de Luis, ve a Antonio que se incorpora totalmente solo por el centro del campo, le pone la pelota, Antonio que controla, se interna tímidamente en el área algo escorado a la izquierda y le pega con la zurda cuando se hubiera podido meter literalmente bajo la portería. Desfondado, la envía por encima del larguero llenándose de balón.
De ahí al final, algún acercamiento de ellos bien solventado por Manolo, rodilla en tierra, y sin más apuros.
Así pues, este equipo va cogiendo confianza y parece que ha entrado en una espiral de buenos resultados que esperemos no decaiga tras el parón provocado por la Semana Santa.
Desde aquí abogamos por un esplendoroso Domingo de Ramos para que nuestros compañeros Sportinguistas David y Rafalito, tengan una buena estación de penitencia.

Uno a uno:
Manolo: Sin apenas trabajo, estuvo seguro cuando se le exigió. (2)
Rafalito: Buen partido del correoso lateral sportinguista, no dando opción a su par. (2)
Óscar: Sólido, dando tranquilidad en defensa y aportando en las salidas de balón con su majestuosa zurda. (2)
Antonio: Sin complicarse, con un gol fantasma en su haber. En el segundo período bajó algo el rendimiento tras el maratón de pádel que disputó el fin de semana. (1)
Ale: Ofreciéndose y dando calma al juego con su exquisita técnica (1)
Luis: Gran despliegue físico cortando balones y tapando huecos, teniendo fuerzas para incorporarse al ataque. (2).
Falín: Mantuvo una dura pugna con los centrales rivales y ofreciéndose siempre en los saques de puerta. (1).
David: Determinante. Su rapidez y movilidad arriba dan aire al equipo, aparte de goles. (3).