viernes, 17 de julio de 2009

Breve crónica del viaje a Tarragona (20-06-09)

Coincidiendo con un año importante dentro de la ya extensa historia del club como es nuestro XX aniversario, se produjo la primera salida oficial del equipo más allá de la región andaluza para disputar un torneo de fútbol-7 en la localidad tarraconense de El Vendrell, con la que nos unen fuertes lazos de amistad. Lo que en principio parecía una locura por la distancia se fue tornando posible por la implicación de prácticamente todos los miembros del equipo y la comprensión, claro está, y como no podía ser de otra manera, de las féminas sportinguistas. Los Falín, Ale, Fran, Luis, Javi, Óscar, Juani, Juan, Julio y Antonio son los protagonistas de este viaje, lamentando la ausencia por diversos motivos de los que no pudieron venir.
Fueron 24 horas intensas que comenzaron con la cita en el aeropuerto sobre las 7,15 horas de la mañana para tomar el avión que trasladaría al equipo -convenientemente uniformado para la ocasión con un polo con los colores del club y con su escudo bordado-, entre risas y buen ambiente hasta tierras catalanas, donde ya nos esperaba Ale, que salió en la víspera, con la flamante furgoneta alquilada que sería testigo de los vaivenes sportinguistas por aquellas tierras, y Juanito, otro de nuestros sportinguistas en la distancia.
Rápidamente nos dirigimos hacia las flamantes instalaciones de El Tançat, en El Vendrell, tras una media hora desde el aeropuerto de Reus, donde nos encontramos con Sergio, sportinguista y organizador del torneo, y con Kike, otro viejo camarada sportinguista que jugaría con nosotros el torneo reeditando viejas batallas.
Así pues, sin prácticamente tiempo para intercambiar abrazos, nos dirigimos a los vestuarios para, sin tiempo que perder, jugar nuestro primer partido del torneo en un grupo de cuatro equipos y del que se clasificarían los dos primeros.
El primer partido era en teoría el más fácil del grupo, aunque se complicó de lo lindo, ya que tras un comienzo en el que se fallaron varias ocasiones de gol claras, el rival se adelantó con un 0-2 en el marcador. Al equipo le costó adaptarse a las reducidas dimensiones del campo donde nos tocó disputar este primen encuentro, pero pronto le dio la vuelta a la tortilla para acabar imponiéndose por un claro 4-2, con una muy buena actuación en la delantera de Kike y el contratiempo de la lesión de Juani prácticamente en el primer balón que tocaba.
Finiquitado este primer escollo, breve visita al ambigú y rápidamente al campo grande a jugar el que en teoría íba a ser el partido más complicado del grupo, pues jugábamos con un equipo de los candidatos al triunfo final, como posteriormente aconteció. Típico partido al que nos tiene acostumbrados el Sporting cuando en frente se encuentra un equipo en teoría superior, con toda la tropa apretando los dientes, presionando al rival, basculando al unísono con movimientos mecanizados. Para la historia quedará el golazo que marcó Javi casi desde nuestra área, sorprendiendo al portero rival con un zapatazo impresionante y colándose el balón por la escuadra ante los vítores del público. 0-1 y el milagro parecía posible. Pero esto no era todo, y en un saque de banda de Óscar buscando el centro del área chica, Juan impone su ley y de un espléndido testarazo vuelve a batir al rival ante la locura del Sporting. 0-2. De ahí al final, se sufrió de lo lindo, pues el rival apretó y apretó hasta meternos en nuestra área merced a su calidad y a rápidas triangulaciones de sus jugadores. En uno de estos arreones llegó el 1-2, pero el Sporting, como gato panza arriba, se defendió y logró, con alguna que otra trifulca con los rivales, sacar el partido adelante, no sin antes cobrarse a otro lesionado, Fran, por un problema en la planta del pie.
Con los dos primeros partidos ganados cuando el reloj apenas señalaba las 13 horas, y con el siguiente fijado para las 15 horas, llegó una invitada inesperada y que finalmente nos apartaría del torneo: la relajación. Entre risas y el recuerdo de las acciones de los dos partidos disputados, con la cerveza corriendo ya sin disimulo por buena parte de los integrantes del equipo y con el convencimiento de que estábamos ya clasificados pasara lo que pasara en el tercer partido del grupo, transcurrieron las escasas dos horas que nos separaban del que íba a ser nuestro último partido en el torneo. En frente nos esperaba un equipo jovencísimo que se jugaba sus opciones con nosotros y de nuevo el campo del primer partido al que nos costó adaptarnos una eternidad. En definitiva, el equipo se presentó sin la mentalización necesaria, en chanclas, y se vio superado de principio a fin por unos chavales que no dejaron de pelear un solo instante durante todo el partido y que nos vencieron por un claro 3-0 que nos apeó, por mor del gol average general, del torneo, dándose la circunstancia que fuimos el único equipo que logró vencer al que sería campeón de la competición. Si en vez del gol average general hubiesen sido los enfrentamientos directos los que hubiesen dado el pase a la siguiente fase, quien sabe lo que estaríamos escribiendo en estos momentos. Aunque también, teniendo en cuenta lo que sucedió después a algunos integrantes del equipo, con continuos tirones en sus viejas y sufridas musculaturas, quizás nos apearon en el momento justo.
Termina una fase del viaje, aunque con cabreo monumental del personal por cómo nos hemos ído del último partido y la cara de tonto que se nos ha quedado, y comienza otra no menos esperada, y que nos deparó momentos inolvidables.
Aceptando la invitación de Kike, que ofrece su casa para que pasemos la tarde y ahoguemos nuestras penas en la piscina y en alguna que otra copa, allá que se desplaza todo el equipo en la que sería una tarde fabulosa, donde las anécdotas serían recordadas una tras otra en el fabuloso porche de Kike y en donde más de uno tuvo que ser asistido por los compañeros aquejado de sendos tirones, dando un auténtico espectáculo.
Tras reponernos un poco y ya olvidado el escozor que produjo la eliminación, nueva vuelta de tuerca en la expedición y la furgoneta que nos lleva hasta el mismo puerto de Tarragona, en donde no sabemos si aún seguirá existiendo el restaurante Wak tras el paso de las huestes sportinguistas, sin apenas sólidos en sus cuerpos y acogiéndose al menú ilimitado que ofrecía esta restaurante, en donde Julio, al que no le gusta el marisco, batió el récord de pelar gambas, moluscos y otros bichejos, ante la atónita mirada e incredulidad de los camareros orientales y de las mesas adyacentes.
Una vez saciados y llenos los estómagos, paso por el bar que regenta Juanito para bajar la comida y nuevamente a la furgoneta con dirección a Salou, donde los más haríamos tiempo en sus concurridos bares de marcha hasta la hora de regresar al aeropuerto, y algún que otro que prefirió dormitar en la furgoneta.
Así pues, espléndida experiencia la vivida por el equipo y agradecer a nuestros sportinguistas catalanes su hospitalidad y acogida, que nos hizo sentir como en nuestra casa.