Gran partido el disputado por nuestros jugadores frente a uno de los cocos del campeonato, Deportivo Arjona, actual cuarto clasificado, y con el que siempre hemos tenido enfrentamientos igualados con marcadores ajustados. Y para no romper la tradición de estos encuentros, el del pasado lunes no íba a ser una excepción.
El Sporting comenzó el encuentro con Manolo en la portería; Fran, Javi y Antonio en defensa; Ale y Domin en mediocampo, y Falín más adelantado. Esperarían su oportunidad Óscar y David.
Comenzó el encuentro el Sporting un tanto arrugado ante la entidad del rival, que comenzó presionando muy arriba y dificultaba la salida de balón de nuestros jugadores. Pero pasados diez minutos el equipo logró empezar a combinar con un Domin especialmente participativo, en continuo movimiento, y se empezó a quitar la presión, adelantando un tanto las líneas y dando muestras de querer ir también a por el partido, jugando probablemente los mejores minutos de lo que llevamos de campeonato. Se llegó al final de la primera mitad con un igualado cero a cero que hacía justicia al marcador y que presagiaba una segunda mitad intensa y competida al máximo.
Y, efectivamente, bajo estos parámetros se disputó el segundo período, con un toma y daca continuo, con grandes intervenciones por parte de ambos porteros (escalofriante parada de Manolo sacando con la yema de los dedos una falta que se colaba por la escuadra) y con un juego que se ponía duro por momentos. Estaba claro que había que jugar al límite para sacar algo positivo del envite. Y fue el Sporting quien dio primero gracias a una falta espléndidamente sacada por Óscar al borde del área, algo escorada a la derecha y, por tanto, perfecta para el perfil zurdo de nuestro jugador. La saca por baja, rasa, y sorprende al buen guardameta rival, al que le pasa el balón por debajo del cuerpo. 1-0.
Pintaban bien las cosas, aunque el Deportivo Arjona empezó a poner más intensidad si cabía al encuentro y el equipo respondió perfectamente defendiendo con gran intensidad y, también hay que decirlo, aliándonos con la fortuna, ya que el contrincante gozó de alguna ocasión clamorosa que falló de manera inverosímil, como cuando dos jugadores remataron por dos veces al palo cuando se encontraban totalmente solos. Y en esas estábamos, aguantando el chaparrón y ejecutando algún que otro buen contragolpe, cuando ocurre la jugada clave de la noche en una muestra de cariño irracional al club, a sabiendas de lo ridículo de su comportamiento, hasta ahora nunca vista. Se había ído nuestro balón fuera y estábamos jugando con el balón de ellos, que estaba en pésimas condiciones. Fran, que en ese momento está en el banquillo rescata nuestro balón, que estaba tras la portería del Arjona y por aquello de perder tiempo en pos de los intereses de nuestro equipo y ante el requerimiento del portero rival y del árbitro para que devuelva nuestro esférico para seguir jugando, ni corto ni perezoso le pega un patadón al mismo y lo manda nuevamente a tomar por culo ante el cabreo generalizado del Arjona y del árbitro. Éste, encorajinado, le muestra la tarjeta azul directa , pese a no estar jugando en ese momento, con lo que es expulsado. Y en un alarde sin precedentes de amor al Sporting, Fran, el gran capitán, pese a sabiendas de que que su acción no sería comprendida y que sería carne de tercer tiempo y recordada para próximas reediciones del anecdotario sportinguista, se vuelve al equipo contrario y les espeta: «Ah, sí, pues me llevo el balón, que es mío». Con dos cojones. Esto provocó las iras del equipo rival y del colegiado, que añadió muchos minutos de más a esta segunda mitad, lo que provocó que en el alargue el mejor jugador contrario hiciera una jugada por banda, consiguiese internarse hasta la línea de fondo y ceder el balón atrás al punto de penalti, donde otro rival, libre de marca, sólo tuvo que empujar el balón al fondo de la portería. 1-1.
No hubo tiempo para más. De no haberse producido este incidente posiblemente estaríamos hablando de la primera victoria sportinguista del nuevo año. Pero se dio así, quizás se hizo justicia en el marcador y hay que quedarse con las buenas sensaciones recuperadas por el equipo. Grande Fran.
El Sporting comenzó el encuentro con Manolo en la portería; Fran, Javi y Antonio en defensa; Ale y Domin en mediocampo, y Falín más adelantado. Esperarían su oportunidad Óscar y David.
Comenzó el encuentro el Sporting un tanto arrugado ante la entidad del rival, que comenzó presionando muy arriba y dificultaba la salida de balón de nuestros jugadores. Pero pasados diez minutos el equipo logró empezar a combinar con un Domin especialmente participativo, en continuo movimiento, y se empezó a quitar la presión, adelantando un tanto las líneas y dando muestras de querer ir también a por el partido, jugando probablemente los mejores minutos de lo que llevamos de campeonato. Se llegó al final de la primera mitad con un igualado cero a cero que hacía justicia al marcador y que presagiaba una segunda mitad intensa y competida al máximo.
Y, efectivamente, bajo estos parámetros se disputó el segundo período, con un toma y daca continuo, con grandes intervenciones por parte de ambos porteros (escalofriante parada de Manolo sacando con la yema de los dedos una falta que se colaba por la escuadra) y con un juego que se ponía duro por momentos. Estaba claro que había que jugar al límite para sacar algo positivo del envite. Y fue el Sporting quien dio primero gracias a una falta espléndidamente sacada por Óscar al borde del área, algo escorada a la derecha y, por tanto, perfecta para el perfil zurdo de nuestro jugador. La saca por baja, rasa, y sorprende al buen guardameta rival, al que le pasa el balón por debajo del cuerpo. 1-0.
Pintaban bien las cosas, aunque el Deportivo Arjona empezó a poner más intensidad si cabía al encuentro y el equipo respondió perfectamente defendiendo con gran intensidad y, también hay que decirlo, aliándonos con la fortuna, ya que el contrincante gozó de alguna ocasión clamorosa que falló de manera inverosímil, como cuando dos jugadores remataron por dos veces al palo cuando se encontraban totalmente solos. Y en esas estábamos, aguantando el chaparrón y ejecutando algún que otro buen contragolpe, cuando ocurre la jugada clave de la noche en una muestra de cariño irracional al club, a sabiendas de lo ridículo de su comportamiento, hasta ahora nunca vista. Se había ído nuestro balón fuera y estábamos jugando con el balón de ellos, que estaba en pésimas condiciones. Fran, que en ese momento está en el banquillo rescata nuestro balón, que estaba tras la portería del Arjona y por aquello de perder tiempo en pos de los intereses de nuestro equipo y ante el requerimiento del portero rival y del árbitro para que devuelva nuestro esférico para seguir jugando, ni corto ni perezoso le pega un patadón al mismo y lo manda nuevamente a tomar por culo ante el cabreo generalizado del Arjona y del árbitro. Éste, encorajinado, le muestra la tarjeta azul directa , pese a no estar jugando en ese momento, con lo que es expulsado. Y en un alarde sin precedentes de amor al Sporting, Fran, el gran capitán, pese a sabiendas de que que su acción no sería comprendida y que sería carne de tercer tiempo y recordada para próximas reediciones del anecdotario sportinguista, se vuelve al equipo contrario y les espeta: «Ah, sí, pues me llevo el balón, que es mío». Con dos cojones. Esto provocó las iras del equipo rival y del colegiado, que añadió muchos minutos de más a esta segunda mitad, lo que provocó que en el alargue el mejor jugador contrario hiciera una jugada por banda, consiguiese internarse hasta la línea de fondo y ceder el balón atrás al punto de penalti, donde otro rival, libre de marca, sólo tuvo que empujar el balón al fondo de la portería. 1-1.
No hubo tiempo para más. De no haberse producido este incidente posiblemente estaríamos hablando de la primera victoria sportinguista del nuevo año. Pero se dio así, quizás se hizo justicia en el marcador y hay que quedarse con las buenas sensaciones recuperadas por el equipo. Grande Fran.
1 comentario:
Me pinchan y no sangro
Publicar un comentario